A principio de los 80’s, algunas revistas empezaron publicar versiones de los “Edificios
Inteligentes”. Publicaciones concernientes con sistemas mecánicos hablaban sobre
edificios que tenías sistemas de automatización que significaban ahorro de energía y
eficientar el consumo de la misma. Alguna otras revistas hablaron sobre el avance
significativo de los sistemas de telecomunicaciones lo cual significaba eficientar los
esquemas de comunicación en un edificio y hacerlo más inteligente.
Hoy en día las compañías constructoras que se mantienen evolucionando en su ramo y
que siempre buscan la mejora continua han aconsejado y presionando a los
desarrolladores y a los propietarios de edificios que se decidan por construir edificios
inteligentes. Los edificios inteligentes son más atractivos y más fáciles de arrendar, que
los edificios comunes. Los edificios existentes a veces carecen de facilidades y servicios
que hoy en día son necesarios para cualquier cliente y por eso muchos de ellos deciden
por buscar alternativas que puedan satisfacer sus necesidades de negocio y sobre todo de
comunicación.
Una definición la cual fue el resultado del simposium internacional en mayo 28 y 29,
1985 en Toronto es: “Un edificio Inteligente combina innovaciones tecnológicas y no
tecnológicas, con administración inteligente de los recursos del mismo, para “maximizar
el retorno de inversión”. Con esta definición en mente, uno puede discernir significados
de una explicación sencilla de los edificios inteligentes. Las bases de la explicación es la
características que ahora son empleadas en edificios inteligentes actualizados